Philippe Cousteau: heredero del océano del siglo XXI

Su pasión por el medioambiente lo llevó a realizar riesgosas expediciones por todo el mundo. Nieto del mítico Jacques-Yves Cousteau, su nombre es sinónimo de ecología, sustentabilidad y biodiversidad

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Hay algo en los modos y proyectos de Philippe Cousteau que recuerda a aquellos exploradores de antaño, que se lanzaban a través de selvas, mares y cursos de ríos, solamente para alcanzar un conocimiento, confirmar una hipótesis o desafiar un riesgo. Aunque suene extraño, la historia de Cousteau se remonta bastante antes de su nacimiento. Una estirpe de exploradores sustenta la sed de aventuras de este joven investigador. No en vano, es hijo de Philippe Cousteau padre, y nieto de Jacques-Yves Cousteau.


Inicio de la aventura

Cuando terminó el colegio, Philippe estudió Historia en la Universidad de St. Andrews, en Escocia. Sin embargo, los años de estudio no le impidieron conocer el mundo y perfeccionarse en diversas disciplinas deportivas. Buceo, escalada en roca, trekking, snowboard: son algunos de sus predilectos.


Durante esos años, realizó expediciones aventuradas, como viajes a Nueva Guinea o su participación como ayuda humanitaria en la Guerra de Bosnia, en 1992. Además, fundó Earth Echo International y Azure Worldwide, dos organizaciones sin fines de lucro para la preservación medioambiental.


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Herencia ecológica

La inquietud por los temas relacionados con el cuidado de la naturaleza no es algo nuevo en la familia Cousteau. Jacques-Yves, el abuelo de Philippe, fue un oficial naval francés, que se dedicó a investigar las distintas formas de vida en el agua. Inventor, explorador, investigador; Jacques dejaba que la curiosidad guiara su intuición y de esta manera se inclinaba por diferentes campos del conocimiento.


Junto con Émile Gagnan, un afamado ingeniero francés, Cousteau diseñó el sistema de buceo autónomo conocido como Aqua-lung. Esta nueva técnica, que consistía en botellas de aire comprimido y un regulador de gases, permitió la popularización del buceo autónomo como deporte. El invento de Cousteau permitía al buzo mayor independencia con la superficie, porque no necesitaba un tubo para el suministro de aire.


Jacques-Yves también realizó trabajos como fotógrafo subacuático, y fue pionero en realizar video filmaciones submarinas. Las grabaciones de sus exploraciones en la embarcación Calypso fueron emitidas por televisión durante años en todo el mundo. Por otra parte, fue el precursor del buceo SCUBA, sigla que significa Self Contained Underwater Breathing Apparatus, o sea, buceo por medio de un dispositivo autónomo para respirar bajo el agua.


Al mismo tiempo, Jacques fue una de las primeras personas en manifestar la necesidad de defender el ambiente marino de la contaminación. Pocas personas tenían la autoridad de Cousteau para hacerlo: durante años, el prestigioso Capitán había surcado la mayoría de los mares de la tierra, para encontrar y describir especies marítimas. En 1997, Jacques murió en París a sus 87 años.


Philippe

Como miembro de esta legendaria familia, Philippe continúa el trabajo que emprendió su padre. Actualmente es director general de Earth Echo International, organización sin fines de lucro que fundó junto a su madre y hermana. Además, fue el co-fundador de Azure Worldwide, una compañía de diseño estratégico para el desarrollo ambiental, que impulsa proyectos como resorts, destinos de viaje amigables con el medio ambiente y programas de entretenimiento ecológico desde Washington DC hacia Bahrein y desde Singapur a Florida.


Philippe también trabajó como corresponsal de televisión y ha participado en varios programas centrados en el hábitat oceánico. Además, es el coautor de Going Blue, A Teen Guide to Saving Our Oceans, Lakes, Rivers & Wetlands (Free Spirit Publishing), libro que ha sido premiado con el galardón Learning Magazine's 2011 Teachers Choice Award for the Family.


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El agua y la muerte

Cuando Philippe padre moría sobre las aguas del Tajo, Simone, su mujer, estaba embarazada de tres meses. La vida del pequeño Philippe quedaría profundamente marcada por esa pérdida precoz. Años más tarde, el riesgo y la pérdida volvieron a aparecer en la vida del joven explorador. En septiembre de 2006, presenció la muerte de su amigo el australino Steve Irwin, conductor de The Crocodile Hunter, una conocida serie documental. Irwin filmaba un video sobre una mantarraya látigo, pero el animal se descontroló y con un movimiento repentino, le clavó la púa de la cola en el pecho. El conductor murió instantáneamente.


Philippe, que se encontraba en una lancha no lejos de donde Irwin filmaba, contó que hizo todo lo posible por salvar a su amigo, pero que el accidente fue una impredecible desgracia. Además, Cousteau aseguró que en un principio no se percató de la gravedad de la situación, ni que la púa de la mantarraya había atravesado el corazón de Irwin.


A partir de este hecho, Philippe se refirió a Bindi y Bob, los hijos de Irwin, y comentó que sería positivo que siguieran el legado de exploración de su padre.


Una vida con conciencia y amor por la naturaleza, algo que permanece "en la sangre" y se lleva para siempre, según sus propias palabras.